dijous, de febrer 02, 2006

Quita tus sucias manos de mi Mozart

A mí, en cambio, no me preocupa tener que compartir con millones de personas a las que de una forma oportunista y consumista se les recuerda que tal artista o tal otro existieron. Ni siquiera me preocuparía tener que compartirlo con ese articulista. Porque la relación que establecemos con tal o cual obra es tan personal e íntima que poco o nada tienen que ver los demás en nuestro acuerdo o desacuerdo con ella, de la misma manera que en cualquier experiencia colectiva de la cultura (el cine, un concierto, el teatro, el museo, una ciudad) nos es indiferente quién ocupa la butaca de al lado o ese con quien nos cruzamos.


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1 comentari:

Anònim ha dit...

M'ha agradat molt l'article.
M'ha fet pensar en la gent que té gustos "alternatius" que després passa a detestar pel fet d'haver-se fet "populars", ja siguin les obres de Tolkien o un programa de la tele local de la Almunia de Doña Godina.