dimecres, de gener 24, 2007

Quim Monzó i el Fiscal Mena

A continuació us reproduïm l'article que publica avui La Vanguardia, en el que Quim Monzó parla de les polèmiques declaracions del Fiscal Mena sobre el català.

¿Y este señor ha sido fiscal jefe?
Leo en el Diari de Girona las declaraciones que hizo en TV3 José María Mena, que hasta diciembre fue fiscal jefe del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya. La nota va firmada a medias por el diario y por Europa Press, de modo que deben de haber aparecido también en otros medios. Si no las han leído, no se las pierdan. Mena dice, por ejemplo: "Sólo hablo en catalán con los payeses porque es la única posibilidad que tengo de tener una conversación con una gente que habla catalán de forma natural, sin dar a este hecho ningún sentido impositivo ni ideológico, sino porque es su idioma de toda la vida". Sesuda afirmación. De las palabras de Mena se infiere que sólo los payeses hablan catalán de forma natural. Es decir: los demás (los que para bien o para mal no somos payeses) lo hablamos de forma artificial.¡Cuán lejos estamos de la
arcadia feliz de los campesinos que - ellos sí: entre sus coles y sus gorrinos- hablan catalán "de forma natural"! Queda claro que los que nos ganamos la vida en otros menesteres - ya vivamos en el campo rural o en la ciudad urbana- en ningún caso tenemos al catalán como "idioma de toda la vida". Y queda claro además que le damos "sentido impositivo" e "ideológico". Los payeses no, porque on gentes inocentes, bellas florecillas silvestres. Así las cosas, ¿cómo es que lo hablamos los no payeses? Pues quizá porque alguien - un payés o una payesa- os lo pasó cual gonorrea, fuese en un pajar campestre o en el parking de una discoteca maquinera. O porque lo compramos en el súper (en paquetes de doce unidades, como los rollos de papel de váter) y así lo vamos hablando hasta que se acaba, momento en el que debemos comprar más. Mena no tiene tiempo para explicarnos el porqué exacto, y es comprensible, ya que su innata avidez erudita le hace estar siempre interesado en otros mil detalles lingüísticos. En esas mismas declaraciones, por ejemplo, a propósito de las dificultades para utilizar el catalán en los tribunales de justicia, Mena dice que eso es así porque "víctimas y delincuentes catalanohablantes son una minoría". Es una visión peculiar del problema, porque esconde el hecho de que, cuando víctima y
delincuente son catalanohablantes, entonces sale el juez - y la maquinaria judicial al completo- poniendo palos en las ruedas. Pero, bueno, pongamos que el problema fuese ése: que las víctimas y los delincuentes catalanohablantes son minoría. ¿Qué nos está proponiendo Mena sutilmente? Cada vez que releo sus declaraciones me vienen a la mente aquellos carteles de los años treinta, con las caras de Macià o Companys, o con trabajadores con mono gris, y frases como "Per Catalunya!" o "Catalans, Catalunya!", que intentaban movilizar a la población en momentos cruciales de la vida del país. ¿Y acaso no es éste también un momento crucial, sobre todo al saberse - gracias a Mena- las causas reales de la aniquilación de la lengua en los tribunales? En el cartel que propongo la imagen sería la de un hombre con un antifaz o una media en la cabeza (a escoger), camiseta a rayas y un revólver en la mano. Sería chupi verlo mientras trata de esconderse de las cámaras de seguridad: en la finca de unos joyeros de prestigio, por ejemplo. Y, bajo esa imagen, las palabras "Per Catalunya!". Si la secretaría de Política Lingüística no se pone ya a ello, propongo que sea Òmnium Cultural el que tome la iniciativa.